El Carnaval es una fiesta en la que uno puede reírse de todo. Una celebración de larga tradición popular, por todo lo alto, a la que cualquiera puede unirse. Eso sí, conviene venir disfrazado... ¡de lo que sea! Aquí lo que se valora es el espíritu participativo y las ganas de divertirse. Sin disfraz uno corre el riesgo de que le echen harina por encima o de tener que invitar a una ronda de vinos. ¡Es la ley!
Otra tradición que se cumple siempre por estas fechas, es la de los banquetes gastronómicos. El carnaval boirense viene siempre acompañado de una buena cocina con suculentos platos en los que el cerdo, acompañado de patatas, grelos y garbanzos, se convierte en el verdadero protagonista; sin olvidarnos de un buen postre como son las orejas y las filloas gallegas.